Se consciente y serás más libre.
No es lo mismo tener un pensamiento, que creer en un pensamiento.
Puedes tener un pensamiento negativo, oscuro y dejarlo pasar, racionalizarlo como un simple acto o reflejo de tu mente, como un estímulo pasajero que no te define y eso no influirá de forma contundente en tu vida, ni en la de los demás negativamente.
O puedes enfocarte y darle poder el tiempo suficiente como para materializarse en tus emociones, en tus acciones y en tu filosofía de vida. Puedes darle el poder de gobernarte.
Creer en los pensamientos, darle foco a lo positivo o lo negativo de nuestra mente, y hacerlo por el tiempo suficiente, puede llevarte a conocer una parte de ti y de todo lo que te rodea verdaderamente extraordinaria, o puede desatar en ti la más absoluta estupidez y penumbra.
Todo dependerá de tu capacidad para reconocerte a ti mismo por encima de cualquier otra cosa.
Cuando te reconoces a ti mismo, cuando tu vista es capaz de traspasar la imagen del cristal, ENTONCES ERES UN SER HUMANO REAL Y COMPLETO.
Mírate al cristal para RECONOCERTE: Y recuerda todo el bien que la vida ha depositado en ti, cada uno de los besos de tus seres queridos, cada uno de los momentos únicos, cada uno de los momentos dolorosos, pero por encima de todas las cosas, reconoce tu valentía, tu humildad y tu vulnerabilidad.
La gran diferencia entre tener un pensamiento y PENSAR, estriba en lo que verdaderamente haces con él, en la libertad interior de la que siempre dispones como ser humano.
Comentarios
Publicar un comentario